Hong Kong muestra la cara de quienes ensucian las calles

sucios

“La cara de la basura”, es el nombre de la iniciativa, que lidera la ONG Hong Kong Cleanup, en colaboración con las revistas Ecozine y The Nature Conservancy, se trata de una innovadora y llamativa campaña de publicidad utiliza exámenes de ADN para poner rostro a quienes ensucian las calles de y exponer sus retratos en sitios públicos con el fin de corregir ese comportamiento.

“El impacto ha sido increíble, hemos recibido más de cinco millones de visitas a nuestra página y redes sociales en menos de cuatro semanas y desde todo el mundo”, explicó para Efe la fundadora y responsable de la organización Lisa Christensen, un mes después del inicio de la campaña, con motivo del Día Mundial de la Tierra.

La campaña fue ideada y ejecutada por una empresa de publicidad local en colaboración con NanoLabs Parabon, una compañía de biotecnología de Estados Unidos especializada en análisis de ADN que ha ofrecido sus servicios a entidades como la CIA.

El primer paso consistió en recoger objetos de la basura, como colillas, preservativos o chicles, de los cuales es posible extraer una muestra de ADN; se enviaron al laboratorio norteamericano, donde, a través de un estudio detallado, fue posible crear un perfil de las personas que los arrojaron, incluyendo detalles como el tono de piel, el color de ojos y pelo, la forma de la cara o la ascendencia étnica. Todo ello mediante de un sistema denominado SnapShot, que es capaz de leer decenas de miles de variantes genéticas de cada muestra.

Si bien estos ensayos no ofrecen detalles como la edad, sí se consiguió una aproximación al relacionar el tipo de basura examinado y dónde se había recuperado. Los retratos robot se exhiben en marquesinas de autobuses y paradas de metro de Hong Kong, en un intento de apelar al sentimiento de la vergüenza pública de las personas y evitar así que se cometan más infracciones de este tipo.

Sin embargo, los rostros que se mostraron en la campaña fueron los de una docena de voluntarios que colaboraron con la campaña. “El propósito de la campaña no es el de señalar con el dedo a individuos específicos, sino el de provocar un cambio social positivo, a través de este impactante método que esperamos será suficiente para que la gente se lo piense dos veces antes de tirar basura “, dijo Christensen.

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