Fernando Rivera Calderón y Eduardo Casar reviven a Cortázar desde el más

CASAR

Una cinta métrica para medir versos, hojas de colores para que no tener que luchar más contra la hoja en blanco, un medidor para darle balance al texto, un nudo de madera para ponérselo en la garganta a la hora de escribir, una madeja de hilo para encontrar el hilo conductor e, incluso, el hilo negro, un letrero de “Libre” y “Ocupado” y un palito de madera para echarse. Así, la labor de la escritura fue mucho más cercana tanto para los jóvenes como para todo aquel que no ha tenido la suerte de acercarse a la literatura, presentaron Eduardo Casar y Fernando Rivera Calderón para comprender a Julio Cortázar.

“La poesía no es de quien la hace, sino de quien la usa” comentó Casar, al ritmo de la música de Rivera Calderón. Con una guitarra que apareció mágicamente y que debieron sacar de su ataúd, el escritor de “Diccionario del caos” musicalizó para los asistentes algunos versos de Cortázar. Una madeja de hilo que se propagó por todo el auditorio ayudó para comprender mejor la afirmación de Gonzalo Celorio al señalar que Cortázar es un arquitecto de puentes. A palabras de Rivera Calderón “Primero es la metáfora y luego la sacáfora”.

El acercamiento con Cortázar no pudo completarse hasta que Cásar y Rivera Calderón pidieron al público que emanaran un fuerte “Ohm” para evocar al espíritu del Cronopio Mayor y traerlo al presente. El público propagó un fuerte “Ohm” y la voz de Julio comenzó a escucharse; lo habían traído de regreso. Una nube de humo borreguil inundó el auditorio y, de la mano de Rivera Calderón emergió Julito, más pequeño y un poco despeinado, dispuesto a responder las preguntas que se le hicieran.

El poder del juego y del performance para desmitificar la idea errada de la literatura como algo ajeno, complicado y de difícil acceso surtió su efecto: el humor, la empatía, la música e imaginación pueden armar el kit perfecto para demostrar que la literatura también tiene su lado divertido y juguetón, y que nunca es tarde para acudir o acercarse a ella.

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